EL PROBLEMA DE LA PÉRDIDA DEL TEJIDO ÓSEO EN EL PACIENTE GERIÁTRICO: ASPECTOS FISIOLÓGICOS Y PATOLÓGICOS
EL
PROBLEMA DE LA PÉRDIDA DEL
TEJIDO ÓSEO EN EL PACIENTE GERIÁTRICO: ASPECTOS FISIOLÓGICOS Y PATOLÓGICOS
El problema de la
osteopenia en el paciente geriátrico trata sobre los cambios fisiológicos de
los tejidos óseos relacionados con la edad y con diferentes cuadros
fisiopatológicos o propiamente patológicos.
CARACTERÍSTICAS
GENERALES DE LA
OSTEOPOROSIS
a.
Definición,
etiología y patogénesis de la osteoporosis senil
Con el envejecimiento,
el sistema esquelético se dirige hacia un fisiológico y progresivo descenso de
la masa ósea que comienza en torno a los 30 años. La reducción del contenido
mineral comienza a ser sensible en torno a los 40-50 años.
Cuando la disminución
de la masa ósea por unidad dé volumen del esqueleto es de tal magnitud que
impide desarrollar las funciones de sostén propias del hueso, se habla de
osteoporosis.
Un parámetro para
diferenciar la pérdida patológica de la simple pérdida fisiológica de masa ósea
está representado por la velocidad con que tal pérdida se produce, por lo que
se habla de osteoporosis en el caso de que esta sea acelerada en el tiempo.
La modificación en la
producción de las hormonas sexuales y la variación del metabolismo orgánico son
los principales factores responsables de la progresiva reducción del contenido
mineral en el esqueleto que se manifiesta fisiológicamente en la vejez.
La osteoporosis estará
determinada por un equilibrio propio del proceso de remodelación, que resulta
fundamental en los sujetos con niveles muy bajos de estrógenos (menopausia) y
con una reducción de su masa ósea en la madurez.
b.
Semiología y Perfil clínico de la osteoporosis sistémica
Con una atenta
anamnesis familiar se averiguará la presencia en los antecesores o parientes de
graves deformidades de la columna vertebral o de fracturas del brazo o del
fémur manifestadas en la edad senil. Con la anamnesis fisiológica se evidencian
alteraciones en el crecimiento durante la infancia y la adolescencia o la
presencia de hábitos de vida sedentarios, escasa exposición al sol, escaso
consumo de alimentos ricos en calcio o incluso el abuso de fármacos laxantes o
diuréticos; con la anamnesis de enfermedades pasadas se subrayan las
enfermedades que afectan a los órganos implicados en la regulación del
metabolismo esquelético; incluso la anamnesis de enfermedades recientes recoge
los datos relativos a la presencia y al tipo de dolor.
c.
Métodos diagnósticos
1.
Radiografía sin medio de contraste
Nos proporciona
elementos útiles en el diagnóstico de ciertas enfermedades, las anomalías que
se pueden encontrar son fundamentalmente la rarefación del tejido esponjoso, el
adelgazamiento de la capa cortical y el aumento del espacio medular. Los signos
de descalcificación generalizada se hacen radiológicamente evidentes cuando la
pérdida de las sales de calcio supera el 30-50% mientras que para las
descalcificaciones localizadas es útil el cotejo o comparación con las
radiografías del segmento óseo contralateral o con exámenes radiológicos
previos.
2.
Tomografía Axial Computerizada (TAC)
Permite obtener una
evaluación cuantitativa fácil, cuidadosa y precisa del contenido mineral
esquelético.
3.
Densitometría ósea computerizada
Es un método basado en
la valoración de la absorción de un fotón único o doble (debidamente colimado)
por parte de un determinado segmento esquelético. Atraviesa el hueso mismo, y
se puede referir a la cantidad de radiación absorbida, o a la densidad del
tejido atravesado. Las proyecciones más utilizadas son las de la muñeca y el
radio. –
4.
Análisis del calcio corporal total mediante activación neutrónica
Consiste en la medición
del calcio de todo el organismo o de parte de él, exponiendo al cuerpo a un
bombardeo con neutrones de alta energía.
5.
Estudio de la absorción intestinal del calcio
Es un método que se
basa en la medición de la concentración plasmática y fecal de dos radioisótopos
de rayos beta y gamma.
CARACTERÍSTICAS
DE LA OSTEOPOROSIS DE
LOS MAXILARES
a.
Características anatómicas y morfológicas de los maxilares
A diferencia de las
otras partes del esqueleto, la mandíbula y el maxilar superior tienen en el
período fetal, un tipo de osificación intramembranosa del tejido mesenquimal
más que endocondral y no desarrolla, funciones de sostén del peso
corporal.
b.
La masa ósea en los maxilares en relación con el sexo y la edad
La mandíbula de los
sujetos de 50 años en adelante como en todas las otras áreas esqueléticas,
evidencia una osteopenia fisiológica, con un aumento de la porosidad cortical
(siempre mayor en las mujeres), del porcentaje de canales de Havers con
superficies de reabsorción subendostálica y del número total de los canales.
El número de residuos
osteoides inactivos en los canales de Havers aumenta con la edad, mientras que
decrece el nivel de calcificación y grosor de la cortical.
Los estudios sobre el
maxilar superior demuestran, en el individuo anciano, que con el paso de los
años aparece una disminución fisiológica y predecible de la masa ósea pero las
variaciones de la forma anatómica, grosor y estructura del maxilar entre cada
sujeto son parámetros que vienen marcados por resultados contradictorios y no
significativos en esos estudios.
c.
Métodos para el diagnóstico de la osteoporosis en los maxilares
1.
Estudio histológico e isomorfométrico
De uso decididamente
limitado por evidentes razones éticas, puede realizarse sólo en pacientes que
deban ser sometidos a una intervención quirúrgica en una zona contigua a
aquella de interés o por la realización de una autopsia.
2.
Telerradiografía lateral del cráneo
Proporciona una
valoración útil y aproximada de la cantidad de reabsorción ósea patológica
producida.
3.
Ortopantomografía
Demuestra en sujetos
osteoporóticos una reducción de la densidad y del espesor cortical basal y un
descenso de la cantidad global del trabeculado que tiende a ser frecuentemente
distribuido a lo largo de los trayectos de relleno del hueso.
4.
Técnicas densitométricas
Representan un notable
paso adelante debido a la posibilidad de definir cuantitativamente la cantidad
de la desmineralización esquelética y de monitorizar su evolución. En la última
década este método se ha aplicado incluso a los maxilares, efectuando un
estudio microdensitométrico de las radiografías convencionales, y
posteriormente, de la estimación de los cambios del contenido mineral
esquelético (BMC) que es un resultado un tanto ordinario, se ha pasado a la
valoración in vivo del BMC (Bone Mineral Content) maxilar con la densitometría
ósea computerizada a través de un rayo fotónico.
El método prevee que el
paciente sea colocado en posición supina, con la cabeza entre la fuente y el
revelador, el plano sagital perpendicular al horizontal. Un haz de fotones
colimado a dos diferentes rayos gamma se mueve en una emisión rectilínea que
atraviesa la parte inferior del visor analizando un área estandard de la
mandíbula.
La radiación del haz se
registra por un aparato revelador, un escintilador y por un sistema de análisis
de la altura del impulso.
Durante la emisión la
imagen de BMC se hace visible sobre la pantalla del ordenador.
Por lo que concierne al
diagnóstico de la osteoporosis maxilar, según la definición de Nordin la
osteoporosis está presente cuando la concentración del Contenido mineral es de
más de 2 desviaciones estandard sobre los valores medios de BMC de jóvenes
adultos normales del mismo sexo.
d.
Osteoporosis y reabsorción de las crestas alveolares residuales: orientación
para el tratamiento de rehabilitación protésica
La cresta alveolar
residual de los maxilares después de la pérdida de todos los dientes y tras el
uso prolongado «de prótesis completa convencional, sufren una continua atrofia
que es más pronunciada entre el primer año de desdentado y siempre será debida
al incremento del ritmo de reabsorción ósea. Esta reabsorción es más
pronunciada a nivel de la mandíbula, que en el maxilar superior. Después del
primer año la reabsorción disminuye significativamente para continuar durante
toda la vida con un ritmo diferente según el sujeto. Incluso los estudios más
recientes evidencian como la osteoporosis sintomática es como un índice para
una gran reabsorción a nivel del maxilar, y posiblemente incluso de la
mandíbula.
En cada caso en la
mandíbula la cantidad de reabsorción de la cresta alveolar residual está
estrechamente relacionada con el contenido mineral óseo mandibular, así un bajo
valor de BMC sería la premisa para una sensible reducción de la cresta alveolar
residual.
Desde el punto de vista
del tratamiento protésico mediante técnicas tradicionales, el cuadro descrito
puede ser, ahora difícil de solucionar. Es así de especial importancia que
todos los sujetos, especialmente las mujeres, con un valor bajo de BMC maxilar,
mantengan el mayor tiempo posible en la cavidad oral sus propios dientes y en
el caso de que fuera necesario un tratamiento protésico es posible que este se
acompañe de una mejoría de la eficacia masticatoria, bien a través de
sobredentaduras bien por puentes fijos sobre implantes osteointegrados, sobre
todo porque, según los estudios más recientes, está demostrado que este último
método estimula los procesos de formación ósea a nivel maxilar.
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