MANIFESTACIONES DEL ENVEJECIMIENTO EN LA BOCA DENTADA
a.
Esmalte
El esmalte sufre con el
envejecimiento modificaciones cualitativas y cuantitativas; las primeras se
refieren al color, permeabilidad y la composición de la capa más superficial;
las segundas al espesor total de esmalte que recubre la superficie coronal.
El esmalte cambia
progresivamente el color con la edad con una cierta tendencia a adquirir tonos
marrones o amarillentos, el color tiende a ser más oscuro en las raíces
respecto a la corona, y más intenso sobre el margen incisal del grupo anterior.
Este fenómeno se debe a
un conjunto de factores: en primer lugar por un efecto óptico de reflexión de la
luz y además asociado a una disminución del espesor que puede quedar muy fino
por la ausencia de tejido; en este caso la dentina, más oscura que el esmalte,
se transparenta más y contribuye al aumento de los tonos amarillos. El color se
influencia también por el depósito de pigmentos de origen alimenticio, por el
tabaco, que determina una coloración oscura y el eventual progreso de tinciones
por tratamientos endodónticos y/o conservadores.
2.
Permeabilidad
e hidratación
Con el envejecimiento
el esmalte se hace menos permeable porque los cristales aumentan de volumen por
la adquisición de iones y los poros de esmalte, por consiguiente, disminuyen de
diámetro por lo que la hidratación que depende de los mismos poros
interprismáticos tiende a ser reducida.
3.
Capa superficial
Con la edad aumenta en el estrato superficial
del esmalte la concentración de
carbonato, iones hierro, estaño, plomo, cobre y sobre todo flúor con la
consiguiente formación de fluorapatita y por lo tanto de una mayor resistencia
a la agresión de los ácidos orgánicos, bacterianos o no.
4.
Espesor
Con el paso del tiempo
el espesor del esmalte tiende siempre a disminuir dejando al descubierto, en
algunos casos, la dentina. Para ello conviene distinguir aquello que es
fisiológico de aquello que no lo es. Lo ideal sería poder observar un lento y
progresivo desgaste distribuido regularmente sobre las superficies dentarias
compensado mientras tanto y ajustado por el movimiento mesio-oclusal activo y
continuo de los dientes con la aposición de nuevo cemento a nivel apical y de
hueso alveolar a nivel del fondo del alveolo, que por la erupción vertical conduce
a una exposición progresiva de la corona.
El componente vertical
de la erupción actuaría compensando el desgaste de las superficies oclusales,
mientras que la componente mesial compensaría el desgaste de contacto.
El tipo de
alimentación, la patología dento-periodontal, los fenómenos parafisiológicos
(como el bruxismo) llevan a veces a situaciones bien diversas.
Los sectores
posteriores muestran superficies de desgaste irregulares con notable
disminución del espesor a nivel de la cúspide central.
Las superficies
oclusales tienden a aplanarse y los
puntos de contacto se transforman en áreas. Siempre en relación con el
grupo posterior, el primer molar presenta normalmente un nivel de desgaste
mayor respecto a los otros molares, dato este, correlacionado a su erupción
precoz respecto á los dientes definitivos.
El grupo anterior por
otro lado presenta un desgaste notable a nivel incisal, se produce la pérdida
total del esmalte y, en la zona central, la aparición de dentina que puede ir
en contra del desgaste. Con el aplanamiento del plano oclusal posterior es
posible apreciar una oclusión borde a borde en los sectores anteriores con el
posterior ^empeoramiento del desgaste incisal.
Las abrasiones y las
erosiones, sin embargo, no son procesos fisiológicos. Las primeras se
relacionan con las acciones mecánicas como el cepillado vigoroso, ganchos mal
adaptados de prótesis parciales removibles, etc.; las segundas dependen de
acciones químicas como los ácidos fosfórico y cítrico contenidos en la fruta y
en las bebidas. Las lesiones tienen normalmente un aspecto cuneiforme con el
fondo duro y liso, a veces pigmentado y son más frecuentes en los sectores
anteriores y en la proximidad de los cuellos.
b.
Dentina y pulpa
Las modificaciones
involutivas a las que los dos tejidos se verán sometidos con el envejecimiento
son muy parecidas.
La dentina se vuelve,
con el paso del tiempo, más frágil, menos permeable y en algunas zonas más superficiales
se hace parcialmente transparente.
Se asiste a un proceso de esclerosis que
implica el continuo depósito de dentina peritubular y cristales intratubulares
con aumento del componente inorgánico (de origen pulpar) y obliteración de los
mismos túbulos.
Este fenómeno se hace
más evidente a nivel del ápice y en la proximidad del cemento y avanza
transportándose desde la periferia a la pulpa y desde el apice a la corona.
La progresiva
obstrucción de los túbulos conlleva una menor hidratación del tejido,
produciendo los cambios metabólicos y a la degeneración de las fibras de Thomes.
El depósito continuo de
dentina secundaria lleva a una disminución del volumen de la cámara pulpar, con
un neto descenso del techo y un aumento del suelo de la misma con notables
variaciones individuales que reflejan la irregularidad de los desgastes.
La pulpa se afecta por
fenómenos regresivos, como la disminución del número de células y de las
mitosis y el claro aumento de las fibras reticulares y de colágeno, sobre todo
del colágeno de tipo III. Los odontoblastos disminuyen progresivamente en su número
y presentan procesos de vacuolización.
El foramen apical se
estrecha cada vez más, disminuyendo el aporte sanguíneo a la pulpa.
c.
Tejidos periodontales
1.
Cemento
En el sujeto anciano el
cemento aumenta en su espesor.
Al aumento del espesor
corresponde un enlentecimiento de los procesos de depósito como se demuestra
por la disminución de la distancia entre las líneas interceméntales.
2.
Ligamento periodontal
Con la vejez aparece
una fuerte disminución del número de células, de las mitosis, y de un relativo
aumento de la matriz intercelular que aparece más engrosada y densa.
En el colágeno aumentan
las fibras, aumenta la presencia de fibras elásticas.
Existe una alteración
de la vascularización con fenómenos arterioescleróticos, fenómenos de degeneración
hialina y condroide, disminución del número y progresivo alejamiento de la raíz
de los resto epiteliales de Malassez.
3.
Hueso alveolar
Se revela una
disminución de la vascularización, de la actividad metabólica celular, un aumento en la reabsorción con
disminución (de la aposición y una capacidad reparativa reducida. En general
aparece una disminución de la altura del hueso alveolar.
4.
Encía
Las modificaciones
encontradas conllevan una disminución de la queratinización en ambos sexos,
un aumento de la cantidad de encía
adherida,un aspecto de “piel de naranja” parecido al de joven o en algunos
casos, disminuido.
Las papilas cada vez
más irregulares con digitaciones epiteliales numerosas y profundas.
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